Homenaje a Berta

No sabes cuánto te echo de menos. Echo de menos todo de ti: tus rutinas, tus maullidos, tus mimos y hasta tus mordisquitos cuando jugábamos. Echo de menos tus miradas de reproche cuando “jugaba” a no mimarte, y tu capacidad para estar quieta sin pestañear junto al bol de comida hasta que me daba cuenta de que era la hora del capricho.

Espero que estés bien allí donde te encuentras y que algún día nos volvamos a ver.